viernes, 12 de septiembre de 2008

Boletin Mensual -SEPTIEMBRE 2008-

“DONDE NO HAY VISIÓN LA GENTE PERECE”
Proverbios 29:18


El esperar a Dios es necesario para verle y tener una visión de Él. El elemento tiempo es esencial en una visión. Nuestros corazones son como la placa sensitiva de un fotógrafo; y con el fin de ver a Dios allí revelado, teneos que sentarnos a Sus pies durante algún tiempo. La superficie agitada de un lago no puede reflejar ningún objeto.
Nuestras vidas deben ser tranquilas y reposadas si Su amor no puede cambiar; el saber que aún la forma más dura de proceder con nosotros es para nuestra ganancia espiritual más profunda, es poder decir en medio del despojo, la aflicción, la pérdida y el dolor, “El Señor lo dio y el Señor se lo ha llevado; bendito sea el nombre del Señor.”
Jacob vió a Dios en el vado de Jabbok y se convirtió en Israel. La visión de Dios transformó a Gedeón de un cobarde en un soldado valiente. La visión de Cristo cambió a Tomás de un seguidor que duda en un discípulo leal y devoto.


Pero los hombres han tenido visiones desde los tiempos de la Biblia. William Carey vió a Dios y dejó su banco de zapatero y marchó a India. David Livingstone vió a Dios y abandonó todo para seguirle y servirle en África. Centenares han tenido visiones de Dios y hoy están en las partes más remotas de la tierra trabajando por la rápida evangelización de los paganos.
- Dr. Pardington
Difícilmente hay un silencio absoluto en el alma. Dios está muy cerca de nosotros susurrando sin cesar. Cuando quiera que el ruido mundanal muere en nuestra alma, entonces podemos oír el susurro de Dios. Él siempre está susurrando a nosotros, pero nosotros no le oímos a causa del ruido, apresuramiento y distracción que la vida nos causa con su precipitación.
-F. W. Faber.



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