viernes, 28 de noviembre de 2008

PARA VIVIR HAY QUE MORIR ( Nov. 08-2008)

JUAN 12: 24 En verdad, en verdad os digo que si el grano de
trigo no cae en tierra y muere,
queda él solo; pero si muere,
produce mucho fruto.

§ El sentido de la vida depende del sentido que le demos a la muerte. Si la muerte es vista como simple negación de la vida y como tragedia biológica, entonces vale lo que ya decía san Pablo: «comamos y bebamos, que mañana moriremos».

§ Pero hay culturas que le han dado un sentido más alto: la muerte es la oportunidad de construir el propio destino y de plasmar el mundo a nuestro alrededor en consonancia con un proyecto civilizatorio.

§ El cristianismo, a su vez, propone su representación de la muerte. No como contraria a la vida, sino como una invención inteligente de la vida para poder dar una zambullida radical en la Fuente de toda vida. La muerte no sería un fin-término sino un fin-meta alcanzado, un peregrinar rumbo al Gran Útero paternal y maternal que al final nos acogerá definitivamente.

§ Dentro del cristianismo, con referencia a la muerte se ha desarrollado una tradición de gran significación y con sentido de fiesta. Se trata de la tradición franciscana. Francisco de Asís consiguió una reconciliación completa con todas las cosas, con las profundidades más oscuras de nuestra vida y con sus dimensiones más luminosas. Cantaba a la muerte como a una hermana. No como una bruja que viene a arrebatarnos la vida sino como hermana que nos introduce en el reino de la plena libertad. Murió cantando salmos y cantigas de amor de Provenza.

§ Al aproximarse la muerte del cofrade, toda la comunidad se reúne alrededor de su lecho. Se recitan salmos y oraciones que infundan confianza al moribundo para el Gran Encuentro. El día que muere, por la noche, se hace una fiesta llamada «recreación». Allí hay confraternización, comida, bebida, comentarios sobre la saga personal del cofrade fallecido y varios tipos de juegos. Al día siguiente se hace el entierro. Y por la noche nueva «recreación festiva». ¿Qué se esconde detrás de este rito de paso?

§ Se esconde la creencia de que la muerte es el vere dies natalis, una verdadera Navidad de la persona, el momento en que logra nacer definitivamente. Como aún no estamos terminados, aunque estemos enteros, vamos naciendo cada día, poco a poco, hasta acabar de nacer. Y eso es lo que ocurre en la muerte, que no es la consumación de la vida, sino su cuna. ¿Quién puede entristecerse con el nacimiento de la vida? Es Navidad y Pascua, magnificación de la vida mortal que, a partir de la muerte, se hace eterna. Por lo tanto hay buenos motivos para festejar y celebrar.

§ El efecto de esta comprensión es la desdramatización de la muerte y la jovialidad de la vida. La vida no fue creada para terminar en la muerte, sino para transformarse a través de la muerte. Ésta representa el momento alquímico de paso para un orden distinto de realidad, donde la vida puede continuar su trayectoria de expresión de las infinitas posibilidades que contiene, hasta la de poder fundirse con la Realidad Suprema.

§ Así que podemos decir: no vivimos para morir; morimos para vivir más. O todavía mejor: para permitir la resurrección de la carne que es la revolución dentro de la evolución.

"Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto, 25, El que se apega a su vida la pierde en cambio el que aborrece su vida en este mundo la conserva para vida eterna"


I.- Es necesario (morir) (rendir) (entregar)

Se nos está indicando es que se trata de que debemos dejar las cosas pasadas para que podamos salir del pecado, Cristo nos dijo numerosas veces y en diferentes ocasiones esto, Y porque él nos dice que el que está en Cristo nueva criatura es, he aquí las cosas viejas pasaron.

II.- Se queda solo (Dios es nuestro amparo, compañía fortaleza)

III.- Pero, si muere (es una condición inobjetable) (se refiere a la vida pecaminosa, si odias tu vida pecaminosa, si mueres al pecado)

IV.- Entonces dará fruto, mucho fruto: (resultado) (tendrás vida eterna)

Ángel de la Muerte

En cierta ocasión, el amo de una viña grande mandó a uno de sus mejores criados a realizar compras en la ciudad de Samaria. Llegado éste a la ciudad se encontró cara a cara con otro ser que le quedó mirando fijamente. El criado se sintió profundamente turbado por aquella mirada penetrante del sujeto. Acto seguido, se dio media vuelta y regresó a toda carrera hasta la viña de su amo.
Llegando a la viña, tomó rápidamente un caballo y se subió en él. Entonces, el amo preocupado por aquella rara actitud de su criado le preguntó:
-¿Qué es lo que te pasa?
El criado respondió:
- Cuando llegué a Samaria me encontré con un sujeto vestido con una capa negra que me hizo una mirada penetrante que me turbó y ahora he decidido huir de este lugar e irme a Jerusalén.
Diciendo estas palabras se alejó de allí rápidamente.
Entonces, el amo se dirigió a Samaria en busca de ese sujeto vestido con capa negra y con una mirada penetrante y rara. Encontrándole, sentado en una plazoleta, el amo se acercó y le dijo:
- Oiga ¿Porqué Ud. asustó hoy día a mi criado con una mirada rara?
El sujeto le respondió:
- En honor a la verdad, señor, debo decirle que yo soy el ángel de la muerte y que no lo miré en forma rara. Lo que pasa es que me quedé admirado de haberle encontrado acá en Samaria siendo que esta noche yo tengo una cita con él en Jerusalén.

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