viernes, 5 de junio de 2009


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Felicidades a los nuevos esposos Diego y Andrea Arciniegas.
Dios los bendiga y guíe en la construcción de este nuevo hogar, donde el amor del Espíritu Santo será el fundamento principal.
LOS JUEGOS DE AZAR
UNA ADICCIÓN

Las estadísticas:
Siete millones de menores juegan en las apuestas (“solamente”)
En la zona noroeste 50% de los estudiantes han apostado su dinero en el último año.
La facultad de medicina de Harvard demostró que entre un 6.4 y 8.5% de los estudiantes de secundaria en el área sub urbana de Boston se clasifican como jugadores compulsivos.
Entre el 75% que expresó haber jugado, el 32.5% había hecho su primera apuesta antes de cumplir los once años. El 56% lo había hecho entre los once y los quince.
Cuando los muchachos pasan a la universidad el problema tiende a empeorar por diferentes razones:
• Manejan más dinero
• Los padres los supervisan menos
• Tienen más libertad de acción
• La vida universitaria es una extensión de la adolescencia
• Tiene la tendencia a mejorar solo cuando deben empezar a enfrentar la vida
Causas de adicción a los juegos de azar
Los expertos creen que son estimulados entre los adolescentes por la creciente aceptación de los mismos en la sociedad. Abundan los casinos y las loterías administradas por el estado. Los corredores de apuestas dan crédito muy fácil a los jóvenes y los padres terminan pagando por temor a las represalias de las mafias de los juegos.
Razones sociales principales:
Son siete:
• Desintegración moral general en la sociedad
• Lo accesible que es participar en los juegos
• El síndrome de hacerse rico rápidamente y de manera fácil
• La legalización de los juegos
• La falta de educación sobre los peligros de los juegos de azar
• La falta de control del estado y de los padres
• La gran comercialización a través de los medios

Generalmente empiezan haciendo apuestas deportivas y es muy tentador apostar un peso y ganarse 10 o 100 etc.
Cinco razones por la que se vuelven compulsivos
• A menudo ya vienen con problemas. El juego les brinda una manera de escapar, el juego se convierte en un anestésico para el problema de rendimiento escolar, familiar o social. El joven solitario puede caer muy fácilmente en el juego. Y cuando tiene problemas de autoestima, se siente triunfador cuando gana así sea una sola vez o cuando cree que ejerce poder o autoridad sobre algo.
• Generalmente tienen indicios de conducta adictiva. Las adicciones al alcohol o a las drogas tiene un fuerte lazo con el síndrome del juego. Los jóvenes que juegan compulsivamente comparten características adictivas que se pueden identificar fácilmente:
A) Su respuesta a los conflictos, problemas o sufrimiento es “escapar”
B) Sienten la necesidad de contar con algo en su vida que pueden “controlar totalmente”
C) Son egocéntricos y no aguantan demorar una satisfacción.
D) Son impulsivos, rara vez piensan antes de actuar.
E) Para ellos no hay términos medios. Solo piensan en ganar o perder.
F) “Negar” es su defensa favorita cuando se les confronta.
• Tienden a estar deprimidos. Los investigadores no se han puesto de acuerdo si esta es una causa o un síntoma; pero se coincide en que existe una correlación entre depresión y juego compulsivo.
• Tienden a tener una predisposición a la “sicopatía”. El sociópata es la persona que no aprende de sus experiencias, carece de lealtad personal y grupal, tiene poco sentido común y de responsabilidad, justifica su conducta inapropiada y tiene una mente que no advierte cuando está equivocado.
• Generalmente están dominados por el anhelo de querer excitación y acción. La vida cotidiana normal es aburrida para ellos. Encuentran sentido para su vida por medio de una primitiva estimulación física.
Efectos de la adicción a los juegos de azar.
La manera de examinar los efectos es observando cómo se desarrolla la compulsión por jugar. La progresión típica está compuesta por tres etapas reconocibles:
• Cuando gana
• Cuando pierde
• Cuando se desespera
Cuando Gana: La mayoría considera que ganar es una demostración de sus propias habilidades. El riesgo de perder solo acrecienta la emoción; además que jugar les brinda una manera de huir o eludir la “vida real”.
Cuando pierde: Los apuros. Jugar continuamente por dinero en última instancia da como resultado más perdidas, lo cual es una amenaza para el concepto que tiene de sí mismo. Para salvarlo, para recuperar el dinero perdido y para disimular sus pérdidas, el jugador tiene que encontrar maneras de conseguir más dinero. Como resultado, el juego puede empujarlo a los extremos: Pedir dinero prestado, robar dinero y joyas de sus padres y por último robar donde pueda para poder volver a jugar y tratar de reparar lo que ya no podrá reparar. Es posible que recurra también a:
• Usar tarjetas de crédito de otros
• Vender drogas
• Convertirse en corredores de apuestas
• Robar y empeñar cosas
• Trabajar horas extras
• Hacer “trabajitos”
Cuando se desespera. Pánico y final del camino
La desesperación se va desarrollando a medida que el jugador se obsesiona con la idea de recuperar lo perdido y pagar sus deudas. Pero cada vez va cayendo más en el pozo, sus deudas comienzan a amontonarse, en este punto el juego domina toda la vida y tenderá a mostrar los siguientes síntomas:
• Faltar al estudio o bajo rendimiento o las dos.
• Mentiras más frecuentes y más grandes
• Aislamiento de los amigos y de la familia.
• Culpar a otros
• Un fuerte sentido de culpa e ira
• Pánico y ansiedad
• Aumento en el uso de alucinógenos o alcohol
• Aumento de prestamos
• Aumento de robos
• Depresión nerviosa
• Desesperanza y depresión
• Pensamientos y gestos suicidas
La perspectiva bíblica sobre los juegos de azar
Explícitamente la Biblia no enfoca los juegos de azar, pero jugar por dinero si se relaciona con varias cuestiones bíblicas.
La biblia prohíbe tajantemente la avaricia.
Los juegos de azar se basan en el amor al dinero y el deseo de tener más, lo cual la biblia identifica como “raíz de todos los males” (1ª. De Timoteo 6:10) (Lc12:15) (Prov 15:7)
Los juegos de azar son contrarios a la ética del trabajo. La intención de Dios es que el ser humano obtenga su sustento por medio del trabajo honesto. (Lc 10:7)(Ex 20:9) (Efe 4:28) (2ª. Tes 3:10-12).
El juego es destructivo y adictivo (1ª. Tim 6:9)
La biblia tiene la receta. Dios ya ha bendecido al cristiano con “toda bendición espiritual” y le ha dado en abundancia “las riquezas de su gracia” (Ef 1:3-7). Dios puede suplir “toda su necesidad” (Fil 4:19). Aunque la compulsión es uno de los métodos de Satanás para someter al hombre, es posible prevenirlo y curarlo con el poder de Dios, a través de una vida sometida al Espíritu Santo (Gal 5:16)
La biblia ordena tratar al jugador con compasión pero con firmeza. (Gal 6:1-2)
ESCUCHAR
Para tratar con un jugador joven, la primera meta es obtener los datos correctos para determinar el nivel de su problema. Esto puede lograrse a través de preguntas (7 respuestas afirmativas lo califican como jugador compulsivo) como:
1. ¿Pierdes horas de trabajo o de estudio debido al juego?
2. El juego, ¿alguna vez hace que tu vida de hogar sea infeliz?
3. ¿Afecta el juego tu reputación?
4. ¿Alguna vez sientes remordimiento después de jugar por dinero?
5. ¿Alguna vez juegas dinero con el fin de ganar lo que necesitas para pagar deudas o resolver alguna dificultad financiera?
6. ¿Jugar dinero incide sobre tu ambición o eficiencia?
7. Después de perder ¿sientes que tienes que regresar lo antes posible para recuperar lo que perdiste?
8. Después de ganar ¿sientes un fuerte impulso por volver para ganar más?
9. ¿Con frecuencia juegas hasta que has perdido todo el dinero que tenías?
10. ¿Alguna vez has pedido dinero prestado para jugar?
11. ¿Alguna vez has vendido algo para poder apostar?
12. ¿Eres renuente a gastar en compras normales para dejar para el juego?
13. ¿El juego te hace indiferente al bienestar de tu familia, amigos e incluso al tuyo?
14. ¿alguna vez has jugado más del tiempo planeado?
15. ¿Alguna vez has jugado para escapara de las preocupaciones o problemas?
16. ¿Alguna vez has pensado o has cometido algún ilícito para financiar el juego?
17. ¿Hace el juego que tengas dificultades para dormir o para tu desempeño académico?
18. Las discusiones, los desengaños o las frustraciones ¿crean en ti un anhelo de jugar por dinero?
19. ¿Alguna vez has sentido impulso de querer celebrar cualquier cosa que te salió bien, jugando algunas horas?
20. ¿Alguna vez consideras a la autodestrucción como un resultado del juego?
EMPATIZAR
La persona involucrada en el caso de un jugador compulsivo, se convierte en la cuerda salvavidas. El suicidio es una opción para un jugador que pasa por la etapa de la desesperación (es en esta etapa donde probablemente buscara ayuda)
El jugador en este punto tocó fondo y está pidiendo ayuda, no condenación. Haga amistad con él y gánese su confianza, es la única forma que permitirá que usted se involucre en su problema y le permita a usted ayudarlo aunque eso signifique involucrar a su familia e incluso a las autoridades.
AFIRMAR
El jugador compulsivo, necesita varias cosas si es que espera escapar de la adicción. Amor, gracia y paciencia deben ser el punto de partida de quien se interesa en ayudarlo, pues quizás la falta de precisamente alguno de estos pueda ser la causa de su adicción. Elogiarlo por su valentía para enfrentar el problema y pedir ayuda.
DIRIGIR
El padre, maestro, pastor, consejero o líder que se preocupa debe simpatizar con el joven pero debe ser firme contra la adicción. Dirigir toma en cuenta varias etapas específicas:
1. Amable pero firmemente, guie al joven a reconocer y admitir su problema. Rompa la barrera del sistema de negación del jugador.
2. Anime al jugador a acercarse a dios como fuente de ayuda. Guiarlo a confesar y arrepentirse de su pecado.
3. Informe e involucre a los padres del joven lo más pronto posible.
4. Analice opciones de tratamiento (grupos de apoyo, consejería profesional, etc.)
COMPROMETER
Si el joven ha admitido que existe el problema y está dispuesto a buscar ayuda, se le debe permitir en la planeación del paso de la solución.
REFERIR
Si el joven es un jugador compulsivo tendrá que ser referido a un consejero profesional, sin embargo la tarea actual será convencerlo de asistir en búsqueda de su ayuda.












Tomado del libro manual para consejeros de jóvenes de Josh Mc Dowell y Bob Hostetler.